Noviember. Movember.
El mes de Marlango, Marie Brizart, campíribis y
bigotes, muchos bigotes. Pelo.
Desde hace unos años viene
siendo tradición el juntarnos el último finde de Noviembre luciendo, más ó
menos, bigotes que muchos haciendo trampas hemos camuflado con barbas.
Eso no
es así, pero bueno. En la página principal del blog, entre Gus y Pato, están informando
del evento: partidito vintage a las 11 en el CAR, mantecaítos en Casa Rafita, …
en fin, ahí tenéis más información.
Pero el motivo de este artículo no es otro que rendir
merecido homenaje a todos esos futbolistas que siempre los recordamos luciendo
un espléndido bigote.
Hay muchos
seguidores de este fútbol de los 80 ó principios de los 90. Supongo que por la
estética, la nostalgia, ó por la artificialidad que hay en el fútbol actual.
Las botas eran negras, todo era Adidas y punto, los jugadores eran feos, …
Una muestra de ello lo tenemos en el vídeo que todos hemos
debido ver,
“Odioeternoalfútbolmoderno”
donde se refleja a base de hip hop, bueno rap, qué leches!
Sigo mucho al periodista deportivo Edu Casado es muy crítico
con aspectos del fútbol moderno actual y tiene un blog, llamado qué fue de …
donde recuerda y nos ilustra sobre deportistas de esta época (por ejemplo, Kily González, Tristán, Juanele, ...) Lo tienes aquí
http://blogs.20minutos.es/quefuede/
El mayor exponente del fútbol vintage-moderno es la revista
Panenka, no podía ser menos. Muy comprometida con el movimiento Movember
http://www.panenka.org/ organiza siempre
concursos y actividades relacionadas con este evento.
Pero centrándonos en lo que nos ocupa, os presento 2 onces
de total garantías formados por jugadores bigotudos. Muchos de los jugadores que aparecen son de
la década de los 80, y los presento en un formato por el que muchos los
recordamos, las añoradas estampitas ó cromos.
Cuando queremos recordar un jugador con bigote, a mí me
viene directamente el Tato Abadía. Toda una combinación de lucha, clase y
pundonor. También es inevitable recordar al mismísimo Beckenbauer de la Bahía,
el gran Carmelo, central del Cádiz. A mí Arteche me pilla más de lejos, pero un
vago recuerdo tengo de él.
Intentando recordar porteros con bigote Menéndez, Miguel
Ángel y Fernando son los que me venían en mente. Sin embargo, me he encontrado
con una grata sorpresa:
Esto no lo esperábais, eh?
Centrales contundentes como “Tarzán” Migueli, el expeditivo Ricardo
Rocha, el siempre recordado Preciado,
Zigmantovich, .. En esa época no se estilaba la gomina, válgame Dios.
De hecho, los futbolistas usaban todas sus armas posibles para intimidar a sus
rivales: bigote, greñas, quién sabe cómo se provocaban hasta una halitosis si
hiciese falta.
El bigote no era exclusivo de jugadores defensivos, la
creatividad también tenía palo debajo de la nariz.
En la sala de máquinas de un equipo, en el centro del campo,
también nos encontramos una amplia gama y variedad de bigotes.
Destaca el
tridente de la Real con los bigotes de Zamora, Larrañaga y gran mostacho de Satrústegui. El
de Bernal con el Racing es de mis favoritos. Muy grande es el de Mesa del
Sporting , un bigote que fue evolucionando hasta convertirse en una barba de
aspecto totalmente lamentable.
Exóticos los bigotes sudamericanos de Alemao y
Valderrama, este último más desapercibido ya que toda la atención se la
llevaban los pelos. El bigote nórdico lo
aporta Lauridsen, inolvidable centrocampista del Español, que tenía en sus
filas a Thommas N´Kono, también con su bigote africano, algo más camuflado eso sí.
Pero no todo van a ser alegría ni bigotazos. En mi opinión,
hay 2 jugadores a los que el bigote les sienta como a un Santo dos pistolas. Y
no sé cómo nadie llegó a decírselo en su
momento. Se trata de Joaquín del Sporting, y Vicente del Celta, pero muy dignos, eso sí.
En la década de los 90, cuando el futbolista con bigote
estaba condenado al fracaso, emergieron 3 figuras: Martín Vázquez exportó
nuestro bigote a tierras italianas; Sánchez Jara paseó su bigote por Barcelona,
Sevilla, Santander y Pamplona; por último, en Sevilla pudimos disfrutar de un
bigote del este, Wojciech Kowalczyk,
cuyo bigote como dice un buen amigo le daba más una imagen de frutero del
Porvenir que de futbolista.
A partir de ahí,
hubo varios intentos a través de Viola en el Valencia, Djalminha, .. pero los
bigotes no llegaban a cuajar.
Todo equipo necesita
estar dirigido por un entrenador. En este sentido, el podio está muy definido.
La medalla de bronce es para el gran David Vidal, un bigote gallego con muchos
cojones, hostia !! El segundo puesto lo
ocupa el queridísimo Ramón Blanco, siempre vinculado al Cádiz CF. Pero la medalla
de oro tiene un claro ganador desde que se menciona la palabra bigote,
desbancando al único bigote español campeón del mundo, Vicente del Bosque, nuestro bigote más internacional, Xavier
Azkargorta. El bigote filtro que
convierte una sopa de fideos en un consomé.
En la actualidad
resulta utópico pensar en futbolista con mostachones. La única esperanza,
Pedrito, no acaba de despuntar. No obstante, dando la sorpresa cuando esto se iba a pica, surge la figura de Griezmann y cuando todo hacía un presagiar un futbolista
con bigote, una nueva decepción se postra ante nosotros.
Y ahora, cuando
cierro este artículo, la varita mágica de la casualidad, el destino, ó el azar,
me encuentro con esto.
Un bigote diferente
a los del S. XX, pero al fin y al cabo un bigote es un bigote. Y los nuestros, el sábado 29, los veremos. En calzonas.
Con mucho respeto,
cariño y admiración para los futbolistas-entrenadores que ya no están con
nosotros.
